La belleza...


No te quejes de que otros no te amen a ti o a la vida.
Si tú simplemente lo haces,
todo estará bien.

martes, 6 de diciembre de 2011

Suspensiones momentáneas

Te miré y no te diste cuenta, te quemé y no sentiste calor, te reíste y me quemé, y no te diste cuenta.
Te hablé y no sé si escuchaste. Me hablaste y sí que escuché y me volví a quemar. No eras ni vos, ni esos ojos, ni esa boquita roja, ni esos tacos, ni ese swim que implican los tragos, o era todo.
Me dijiste que no sin que preguntara, te respondí con intento, te reíste y hiciste luz, hiciste fuego, hiciste todo.
Me envolviste sin tener plena conciencia de tus redes, me hipnotizaste con un movimiento de cintura, morí de muerte placentera con tu veneno perfumado.
Y así fuimos, yo era la víctima consciente, vos la condena inconsciente.
Me dijiste que no sabías besar, el cómo, dudé, dudaste, dudamos.
Me escuchaste, me miraste y te reíste.
Te reíste, qué linda que era, fue, es... tu risa.
Sonrisa por la que muere el más experiente pintor sin lograrla; esos labios finos, rojos.
Queriendo seguir muriendo de vos me iba. No me dejaste. Intentamos.
Querés que te diga? Por un momento volamos... Volé. Te quité un segundo de tu aliento egoísta. Le diste de un manotazo color a este cuadro inerte.
Me dijiste que no sabías besar...
Cuantos más habrán despegado de tus labios, cuantos más muerto de tus sonrisas.
Y me dijiste que no sabías besar.
Quién sabe...