Dulce espera
Te espero, paciente.
Te espero, conciente.
Te quiero, como distraída
Mientras pelo una mandarina.
¿Te espero viejo?
Por lo menos ya no me miro al espejo…
Te miro suave, como tus ojazos que iluminan,
Mientras, gajo a gajo, juego a ser mandarina.
Te espero sabiendo tu presencia en mí.
Te espero como si estuviera en ti.
Te quiero por cada mujer y su valentía
Te quiero como quien muerde el gajo, sin ironía.
Te miro sabiendo que vendrás,
Sabiendo que mi tiempo, siendo tú, pasarás.
Te espero con picardía si suena Sabina.
Ya casi desnuda, desea mi mandarina.
Tu llegada es incipiente,
No espera el que no siente.
Vos estarás llegando
Y mi vida, sin tiempo, esperando.
Vos iluminabas, como distraída.
Dentro mío tu jugo, cítrico, que hace a la vida.
Y en algún rincón todavía olemos a mandarina…
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